jueves, 30 de junio de 2011

Protección: Sellado del Aura, ¿Cuándo y Por Qué?



PROTECCIÓN: SELLADO DEL AURA

Antes de examinar las técnicas de protección, puede ser interesante echar un vistazo a lo que hace la naturaleza cuando quiere que estemos protegidos. ¿Cuál es la reacción natural, cuando la vida de un ser humano es amenazada por un gran peligro? Es la de "luchar o huir", mediante la descarga masiva de secreciones del sistema nervioso simpático, entre ellas la adrenalina. La presión arterial se incrementa, el corazón late más rápida y fuertemente, y tiene lugar una serie de cambios fisiológicos drásticos, los cuales acrecientan la fuerza muscular y la actividad mental. De repente estamos completamente despiertos. 


¿Qué significa esto, en términos de cuerpos sutiles? Recordemos lo que vimos en la sección 13.5: cuando el cuerpo astral (plano de la conciencia mental y de las emociones) está flotando, separado de los cuerpos físico y etérico, estamos dormidos o somnolientos, o en un estado profundo de meditación. Todo está muy relajado en el cuerpo físico y el cuerpo etérico está, hasta cierto punto, dilatado y esparcido. Por lo que hemos descrito hasta ahora, es fácil concluir que en la reacción de "luchar o huir" tiene lugar exactamente lo contrario. El cuerpo astral se introduce fuertemente en los cuerpos físico y etérico y ejerce su acción, lo cual tiende a hacer que todo se contraiga. Por supuesto, no sería apropiado efectuar una fuerte descarga de adrenalina cada vez que deseemos inducir protección psíquica. Aún así, es importante observar que, en términos de cuerpos sutiles, la respuesta natural cuando se precise protección física será un vigoroso impacto del cuerpo astral en los cuerpos físico y etérico.


Sellado del aura: cuando y por qué


Siempre estamos intercambiando energías con nuestro entorno, del mismo modo que inhalamos y exhalamos aire, ingerimos líquidos y comida, y evacuamos aguas menores y aguas mayores. En el presente marco de existencia, no es posible la vida sin intercambio. Pero esto no significa que debamos ingerirlo todo. Por ejemplo, ¡inhalemos suficiente monóxido de carbono, o traguemos un poco de cianuro, y nuestro cuerpo físico morirá! Así como algunas sustancias físicas son venenosas para el cuerpo físico, algunas energías etéricas y astrales también lo son para nuestros cuerpos sutiles. 


Análogamente, así como las pérdidas crónicas de sangre agotan el cuerpo físico, una pérdida de energía etérica puede vaciar nuestras reservas de fuerza vital, dejándonos deprimidos, cansados y enfermos, incluso si el médico no puede encontrar nada.Por ejemplo, la compañía de determinadas personas nos deja agotados. Pasemos con ellas solo media hora, o incluso menos, y de repente nos sentiremos cansados y menos alegres, si no medio deprimidos. Estábamos ligeros y ahora nos sentimos pesados, estábamos alegres y ahora nos sentimos rendidos. Es muy probable que haya tenido lugar una pérdida de energía, una especie de vampirismo de nuestra fuerza vital.

Todo este proceso es en verdad un despilfarro, ya que generalmente la persona que nos drena la energía, ni siquiera recibe dicha energía que hemos perdido. Lo que tiene lugar es más una disipación que una transferencia. El problema puede llegar a ser drástico para los terapeutas, especialmente - aunque no solamente - cuando hay contacto físico, como en el masaje. Muchas personas que aprenden masaje y que al principio son bastante entusiastas, acaban abandonándolo tras dos o tres años de práctica, sencillamente porque no son capaces de protegerse a sí mismas y acaban demasiado vacías.

Otra situación de alto riesgo de vampirismo, es cuando tenemos que tratar con mucha gente, por ejemplo si vendemos billetes de tren en una estación, o pan en una tienda. La necesidad de una técnica para sellar el aura es obvia.¿Cómo saber cuándo se ha cogido una energía negativa? Bien, este es precisamente uno de los problemas: la mayoría de las personas no se dan cuenta de ello cuando sucede, pues son completamente inconscientes de sus energías. Por tanto, podemos fácilmente llegar a la conclusión de que percepción y plena conciencia son los primeros pasos hacia la protección real.

Si no somos capaces de sentir lo que ocurre en una habitación al nivel de la energía, caminaremos por la vida como si fuéramos ciegos tratando de cruzar un bosque lleno de ciénagas. Por consiguiente, todo el trabajo que se sugiere en el presente libro, desde las circulaciones energéticas hasta la visión de auras y la exploración de líneas de tierra, será el primer paso hasta lograr una protección genuina. Por ejemplo, algunas casas que nos hubieran parecido normales en el pasado, serán ahora inmediatamente reconocidas como sospechosas tan pronto como traspasemos la puerta de entrada. Entonces, podremos ponernos en guardia, sellar nuestra aura y tomar cualquier otra precaución necesaria.

Apertura y cierre del aura: práctica introductoria


Una habilidad importante a desarrollar es la capacidad de reconocer cuán abierta o cerrada está nuestra aura y, más adelante, la de modificar dicho equilibrio a voluntad. Por ejemplo, inmediatamente después de una práctica nocturna o una meditación profunda, o bien cuando estamos flotando y "expandidos", nuestra aura está muy abierta. Hemos visto anteriormente que la reacción de "luchar o huir" cierra nuestra energía. No obstante, estamos buscando algo que sea menos pesado o tenso. A continuación veremos un ejercicio destinado a introducirnos en el arte de sellar el aura.

Fase 1: apertura

Nos sentaremos en postura de meditación sobre una alfombra o una silla. Mantendremos los ojos cerrados a lo largo de toda la práctica. Comenzaremos meditando, yendo a través de las distintas fases de la primera técnica: fricción y vibración en la garganta, vibración en el ojo, luz en el ojo, el espacio púrpura (sección 3.7).Tras 5 ó 10 minutos, nos haremos conscientes por encima de la cabeza. Permaneceremos "solamente conscientes" del espacio, flotando por encima de la cabeza. No haciendo nada, solo estando conscientes. Nos dejaremos esparcir por encima de la cabeza. Entonces trataremos de sentir los límites de nuestra aura. ¿Hasta dónde se extiende nuestra energía? ¿Podemos sentir la presencia de objetos a nuestro alrededor (incluso si no los podemos ver)? Si hay otras personas en la habitación, ¿podemos sentir su presencia dentro de nuestro propio espacio? ¿Cómo se mezcla nuestra aura con las personas y objetos a nuestro alrededor? ¿Podemos incluso tener una sensación de las paredes del cuarto? ¿Cuán densa sentimos nuestra aura? Sintonicemos con la energía, dentro y alrededor de nuestro cuerpo. ¿Sentimos nuestra energía espesa o esparcida? Sigamos explorando en todas direcciones durante unos minutos, con una conciencia abierta por encima de la cabeza

Fase 2: sellado

Ahora volveremos a enfocarnos en el entrecejo. Comenzaremos a respirar con una marcada fricción en la garganta y fortaleceremos una fuerte vibración en el entrecejo.Vibración, luz y espacio en el ojo corresponden a tres niveles de creciente profundidad de la experiencia. 


Cuando estamos en el espacio, estamos más hondamente en la conciencia astral que cuando estamos viendo colores. Y cuando estamos viendo colores, estamos más profundamente en la conciencia astral que cuando sentimos la vibración.Ahora es el momento de despertar una vibración intensa en el ojo. Puede que haya alguna luz; pero una luz espesa y que vibra intensamente - ¡no una luz que flota suavemente! - No nos dejaremos difuminar por el espacio.Frotaremos las manos durante unos segundos, tras lo cual permaneceremos inmóviles con las palmas boca arriba. Sentiremos la vibración en las manos, como en el trabajo de las circulaciones energéticas (capítulos 4 y 6). Conectaremos la vibración en las manos con la vibración en el ojo. Al frotar las manos, despertaremos en el ojo una vibración muy "física" y anclada a tierra, que es exactamente lo que pretendemos. Mantendremos la fricción en la garganta para beneficiarnos de su efecto amplificador. Entonces, trataremos de sentir por todo el cuerpo la misma vibración intensa.Ahora intentaremos obtener otra vez una sensación de los límites del aura. ¿Hasta dónde se extiende? ¿Podemos sentir todavía los límites de la habitación? ¿Podemos todavía "tocar" con nuestra aura a las demás personas y objetos que están en la habitación?Luego sentiremos la densidad del aura. Nos haremos conscientes de la energía, dentro y fuera de nuestro cuerpo físico. ¿Es tan fluida como antes? Pasaremos uno o dos minutos explorando, manteniendo una fuerte vibración en el ojo y la fricción en la garganta.

Comentarios

Una experiencia muy corriente, cuando se hace esta práctica, consiste en sentir - en la primera fase - que nuestra aura es mucho más ancha, más abierta y diluida. En la segunda fase, el aura se percibirá como más pequeña, espesa y cerrada a las influencias externas. En la segunda fase ya no podremos sentir los límites de la habitación, ni "tocar" a las otras personas u objetos con nuestra aura, sencillamente porque nuestra aura es más compacta y no se extiende tanto como antes. Obviamente, en la primera fase el aura está más abierta que en la segunda.

Cuando nuestra aura esté completamente abierta puede surgir otra sensación: no es infrecuente sentirnos más arriba, como si estuviéramos fuera del cuerpo. También podemos tener la sensación de que nuestra energía se alargue hacia arriba y se estire como un malvavisco.Cuando el aura esté cerrada y recogida, podemos a veces tener la sensación de que nuestro cuerpo quiera inclinarse hacia delante, doblando la espalda y con los hombros hacia delante.

¿Cómo opera este mecanismo de cierre y apertura del aura? 


No es nada más que una demostración práctica del poder de contracción del cuerpo astral. En la primera fase, cuando estamos flotando en el espacio, cuando apenas podemos sentir nuestro cuerpo físico, nuestro cuerpo astral está medio dentro y medio fuera de los cuerpos físico y etérico. Lo lejos que nuestro cuerpo astral pueda ir dependerá de la profundidad con que podamos meditar. En algunos estados de meditación profunda, semejantes a los estados de samadhi de la tradición hindú, estaremos completamente fuera. 


Otra situación de retirada completa del cuerpo físico, tiene lugar cuando hemos construido nuestros cuerpos sutiles hasta el punto de ser capaces de viajar astralmente.Por otra parte, cuando despertemos una fuerte vibración física en el ojo, cuando podamos sentir que la vibración esté fluyendo por nuestras manos y por todo el cuerpo, estará teniendo lugar exactamente lo contrario. Nuestro cuerpo astral estará completamente impactado dentro de los cuerpos físico y etérico. Por lo tanto, debido a la acción constrictora del cuerpo astral, nuestra aura se sellará, siendo mucho más impermeable a las influencias externas. (Esto permite comprender con claridad por qué resulta tan difícil dormir cuando se está experimentando una fuerte vibración en el ojo).Ahora bien, quiero dejar claro lo siguiente: no estoy sugiriendo que una de las condiciones de la energía - la abierta y la cerrada - sea superior a la otra. Decir esto sería como apoyar la idea de que dormir es superior a estar despierto, o viceversa. Hay dos fases de la existencia, cada una de las cuales es tan indispensable como la otra.

La vida no puede florecer sin la sucesión alternativa de dormir y estar despierto, siendo maestro aquel que pueda estar completamente abierto en unas ocasiones y completamente cerrado en otras.Sin embargo, hay ocasiones en que una de estas dos condiciones es inadecuada. Por ejemplo, si nos dormimos cada vez que lleguemos al trabajo y estamos totalmente despiertos cada vez que nos metamos en la cama, tenemos un problema. Análogamente, si dejamos que nuestra aura esté demasiado abierta cuando estemos haciendo tiempo en una estación de ferrocarril atestada de gente, o visitando a un amigo en un hospital, podremos coger toda clase de influencias negativas. Incluso podremos llegar a enfermar de forma insidiosa, pues puede haber un gran desfase entre la contaminación de nuestra energía y el comienzo de la enfermedad, por lo que no seremos capaces de conectar la causa con el efecto. Un principio fundamental es:

Siempre que precisemos protección,hemos de estar completamente dentro del cuerpo,

¡y no flotando por arriba!


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